jueves, 4 de julio de 2013

tsas, alambran los boulevares

la voz del pueblo
carta de lectores: Alambrados
Por Alicia Hurtado
09/07/2013
Señora directora:
Cuando yo era chica (¡hace ya tanto tiempo!) mi abuela materna contaba historias y cuentos. Los cuentos eran los clásicos, en los que siempre terminaban casándose, siendo felices y comiendo perdices. Las historias se referían a su propia historia, su niñez y juventud en Ayacucho. Entre estos relatos, siempre nos refería que había sido un pariente de su familia, un tal Mr. Newton, el que introdujo el alambrado en la Argentina. Con esta novedad se habían terminado no pocos conflictos entre vecinos, había sido más sencillo marcar los límites de las propiedades, en fin, que este alambrado había sido un cuasi invento muy importante.
También había alambrado y tranquera antes de ingresar a Claromecó cuando mi madre era niña, y había un señor que, por unas monedas, abría y cerraba la tranquera al paso de los primeros y arriesgados turistas.
Alambrados siniestros son los que aparecen en las películas que narran hechos ocurridos en los campos de concentración nazis, coronados con rollos de púas (que ahora suelen verse en el perímetro de algunos barrios cerrados del Conurbano bonaerense), alambrados olímpicos son los que vemos en las canchas, a veces con los hinchas colgados de ellos cual embravecidos simios. O sea, alambrados ha habido en nuestra historia desde fines del siglo XIX, y han cumplido variadas funciones.
Ahora bien, los tresarroyenses, con esa creatividad tan exquisita que a veces nos caracteriza, hemos descubierto un nuevo uso: alambramos las ramblas de las avenidas, en un intento por disciplinar a tanto peatón que se resiste a llegar a la esquina para cruzar la acera como Dios manda. Si está bien o está mal, no soy quién para decirlo, lo que puedo afirmar es que, cuanto menos, es raro y, además, bastante antiestético. Esperemos que no se les dé por proteger las plazas de la misma manera. ¡Cuánto más fácil sería apostar por educar a los ciudadanos en lugar de vallar!
Como vieja docente, siempre he apostado a tratar de no poner vallas, obstáculos o impedimentos, salvo que estén pensados para ayudar a desarrollar la imaginación, lo cual no es el caso. Ojalá, además de estas ideas tan pobres, a nuestros funcionarios se les empiecen a aparecer ideas más luminosas y creativas, o, en su defecto, ojalá que tengan la apertura mental suficiente como para saber aceptar las opiniones diferentes y aprender a sacar partido de ellas.


la voz del pueblo - 04/07/2013
Alambraron la segunda cuadra de Moreno

Tal como hicieran en días pasados en la primera cuadra de la avda. Moreno, se continuó el trabajo sobre la segunda para evitar el cruce de peatones por lugares indebidos y permitir el crecimiento de las plantas que adornan el boulevard

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