debate sin fin por la albufera de Reta
miércoles, 07 de Marzo de 2012
Una vez más el tema fue puesto en discusión por la UCR, que apura una definición sobre la declaración de paisaje protegido. Los expedientes datan de 2007 y 2008. El vecinalismo tiene reparos sobre el área a involucrar
Si hay un tema que supera lo previsible en cuanto a debate sobre lo que hay que hacer o no, es la posible declaración como paisaje protegido o reserva natural de la albufera de Reta, que consta de dos expedientes, uno de 2007 y el restante de 2008, tiempo desde el cual no hay acuerdos para establecer una definición del caso.
Un avance ha sido que a partir del año pasado se ha efectuado la colocación de cartelería acerca de las restricciones acerca del uso del lugar, como son las prohibiciones de pesca y caza, también la de ingresar con embarcaciones a motor, circulación de cuatriciclos por determinados sectores, y así en otros aspectos.
No obstante, no hay normativa alguna acerca de la declaración del lugar como un área protegida o similar, que implicaría tener en claro la situación de la albufera en cuanto a usos y restricciones enmarcadas en una disposición legal.
Detrás de eso siguen los radicales, que ayer en la Comisión de Turismo volvieron a poner el tema en discusión y requirieron de una definición al respecto, encontrando algunas objeciones y puestas en dudas desde el vecinalismo, pero también el compromiso de acelerar una posición y resolverlo en el menor tiempo posible.
Tiempo atrás se efectuó una medición del lugar para determinar el área a involucrar en una eventual declaración de paisaje protegido, y sobre eso puntualmente el vecinalismo pone en tela de juicio la amplitud del espacio a tomar, que sería de unas cincuenta hectáreas y sobre las cuales avanza en buena medida la albufera cuando hay crecientes, lo que hace que la mayoría de los terrenos de propiedad privada que existen en su entorno sean inundables.
Por lo tanto pareciera que la mayor discusión se centró en la delimitación del paisaje a declarar como protegido, y lo que ello implicaría en cuanto al avance sobre la propiedad privada y las restricciones que se pondrían sobre las mismas en esos casos, lo cual se aseguró desde el radicalismo que no sería tan así, sino que en ese caso se trata de proteger el lugar sin avanzar en prohibiciones sobre lo privado.
Toda el área circundante a la albufera tiene dueños y figuran en el catastro municipal, desde un loteo del lugar que data de 1948 cuando no existía allí este paisaje que se intenta proteger.
No obstante las diferencias son tan dispares sobre el área a proteger que siguen causando asombro, aun cuando ahora hay mediciones pero que no terminan de convencer al vecinalismo, incluso hasta se objeta la posibilidad de colocar algún tipo de barrera física para delimitar el lugar a protejer, lo cual ha sido desestimado por el radicalismo, sino que se apunta a tener una normativa al respecto, señalizar debidamente el lugar y efectuar los controles correspondientes para el cumplimiento de lo que se disponga.
Se contempla que la normativa no implica el desconocimiento de derechos regularmente adquiridos con anterioridad a la creación de la figura paisaje protegido de alcance municipal de la albufera, ni la modificación del carácter de las actividades que se desarrollan hasta el momento.
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