domingo, 29 de mayo de 2011

urbanización...

(foto elperiodista3a)

Expresión que apela engañosamente a las connotaciones de planificación rigurosa y totalizadora del urbanismo y que esconde el mecanismo vigente de especulación comercial de la tierra.

La historia de nuestro país está dominada por la ansiedad de poblar un enorme territorio y los acelerados ritmos de ocupación nunca permitieron una pausada observación y evaluación de sus efectos. Se arraigó la idea de que los nuevos asentamientos eran inmediatamente equivalentes a “progreso” y se desarrolló en un largo proceso que fue rápidamente acaparado y fomentado por especialistas inmobiliarios (aún hoy presentes) cuyo único interés fue (y es) la máxima renta del manejo comercial de la tierra. El eficacísimo recurso empleado consiste en la venta a bajo precio de lotes distantes, promoviendo así su ocupación y delegando a los primeros vecinos asentados, el esfuerzo de gestionar el completamiento de los servicios. Las tierras intermedias multiplican automáticamente su valor, y el proceso continúa con la adquisición y subdivisión de otras tierras rurales adyacentes. Los caóticos crecimientos de nuestras ciudades han plasmado dramáticamente la aplicación indiscriminada de estos principios.

Su tramposa denominación confunde los difícilmente comprensibles alcances y móviles de la planificación urbana, que debe evaluar todos los variados aspectos incidentes para resolver de un modo sintético la ocupación del espacio; se deben considerar simultáneamente los tipos de usos, sus medidas y superposiciones, las redes y flujos, cumplir con el desarrollo de todas las necesidades humanas (individuales y colectivas) preservar y consolidar un ambiente dinámico y equilibrado y prever crecimientos y desarrollos económicos y productivos, en una totalidad urbana y regional siempre armoniosa. Todo esto se ignora maliciosamente en el habitual uso dela palabra “urbanización”.

La provincia de Buenos Aires ha promulgado la ley 8912 / 77, única en el ámbito nacional que regula los usos del suelo, el ordenamiento territorial y su proceso de ocupación. Limita especialmente los permisos de subdivisión de la tierra y consecuentemente es motivo de un permanente acoso desde los sectores inmobiliarios, con el pretexto de supuestas necesidades de actualización. Su eventual reforma deberá asegurar el absoluto respeto de los contenidos de fondo que constituyen el primer freno efectivoal mecanismo antes descripto.

Hoy, cualquier intento de planificación o regulación urbana encuentra el obstáculo de vastos sectores ya subdivididos en los que no se puede negar, por principios jurídicos de mayor peso, el derecho a construir como mínimo una vivienda en cada lote. Así se hace efectiva la seudoplanificación especulativa por encima de cualquier propuesta urbanística.

roberto saraví

bibliografía
- Unwin, R. 1984. La práctica del urbanismo. Gustavo Gilli, Barcelona .
- Castells, M.1974. La cuestión urbana. Siglo XXI, Bs. As.

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