domingo, 3 de agosto de 2014

homenaje a don ángel fangauf

la voz del pueblo - 03/08/2014
Emotivo homenaje a don Angel Fangauf
 
 
 
Se concretó ayer en la plazoleta que lleva su nombre en el Barrio Parque Dunamar un homenaje a don Angel Fangauf, quien falleciera el pasado 18 de junio a la edad de 91 años.
Don Angel Helmer Fangauf dejó una profunda huella como persona de bien y pionero del Barrio Parque Dunamar, donde con sus manos y empeño creó un vergel en un desierto.
El acto tuvo como fin recordar a don Angel en un espacio que lleva su nombre precisamente para inmortalizar su figura, y allí fue descubierta una referencia histórica que identifica la plazoleta, acompañada por un retrato al óleo del querido vecino fallecido y un plano de Dunamar.
Hablaron para referirse a Fangauf dos de las personas que más lo frecuentaron a través de los años, tal el caso de Carlos Bancur y Víctor Dubovik, quien trabajó también en tareas de fijación de médanos y forestación junto don Angel, por lo cual los recuerdos de ambos le dieron momentos de suma emoción al acto. También hablo el presidente de la Sociedad de Fomento de Dunamar, Alejandro Trybuchowicz.
También fue colocada una ofrenda floral en el monolito construido en oportunidad de inaugurarse la plazoleta y donde hay una placa recordatoria a don Angel Fangauf.

Recuerdos de su vida
Angel Fangauf es un hijo de inmigrantes europeos, su padre era fruticultor y conocía a quien sería su suegro y el hombre que marcó su destino para siempre: Ernesto Gesell. Siendo muy chico, los Fangauf se radicaron en el Alto Valle de Río Negro, en Cipoletti. Pero allí tres de los hijos contrajeron tos convulsa, por lo que el consejo médico fue pasar una temporada en algún lugar de la costa atlántica. Y el destino quiso que la familia se trasladase en 1933 a un sector de la por entonces estancia San Francisco, el hito fundacional de Claromecó. Ese fue el primer contacto de Fangauf con esta zona, aunque en esa época aún no sabía que todo su futuro estaría aquí. Luego la familia se trasladó a las sierras de Córdoba, más tarde a Calingasta, provincia de Catamarca, y en el ínterin, Angel se independizó, vivió un tiempo en San Luis, otro lapso en Córdoba, y conoció a la que sería su esposa, Lizzi Gesell. Y allí sí comenzó la verdadera aventura. Ernesto Gesell le propuso a Fangauf ser parte del proyecto Dunamar, y aquí se quedó.
Cuando llegó a lo que sería Dunamar, Fangauf encontró que aún no se había terminado de fijar la arena en la zona urbana. Comenzó la fijación de dunas que avanzaban hacia al arroyo. Entonces Fangauf puso en marcha su plan maestro: forestar desde el Médano Blanco hasta Dunamar, cuya tarea convirtió un desierto en un vergel.

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