orense, familias que son parte de su historia

la voz del pueblo - 14/11/2013

El Médano, de Vassolo

Un Médano de punta

 

El emblemático establecimiento de la familia Vassolo fue referente en manejo e incorporación de tecnología durante gran parte del siglo pasado. En el marco del centenario de Orense, un repaso de la evolución que experimentó el primer campo en el que se sembró trigo candeal en la Argentina

 

Instalados en la zona de Orense desde 1903 cuando arrendaron El Carrizal de Alzaga, los Vassolo se afincaron definitivamente en estas tierras al comprar cinco años después El Médano (1895 hectáreas) y Tres Lagunas (2200 hectáreas). Los dos establecimientos se transformaron en emblemas de la familia, y en el primero, situado en suelos orensanos, se llevaron adelante las innovaciones en materia de manejo y de tecnologías.
En lo que fue sin dudas el mayor logro de la familia, El Médano tiene el privilegio de ser el primer campo argentino en haber sido sembrado con trigo candeal. Aunque al revisar la historia familiar, también se descubre que fue uno de los primeros de la región en cultivar maíz. Pese a que casi no había antecedentes de la siembra del cereal en la zona, en el campo de los Vassolo se obtenían rindes excepcionales para la época y las variedades existentes.
Candeal
Desde su radicación en los campos del partido, los Vassolo habían apostado a la producción agrícola, aunque la base de sus operaciones continuaba siendo la ganadería. Más tarde iniciaron la explotación mixta y centraron su objetivo en el desarrollo agrícola ya que habían comprobado la adaptabilidad de las tierras de la zona a las diferentes variedades de trigo.
En 1914 Emilio consiguió un puñado de trigo de una variedad denominada Sarabola, que la familia conocía de Italia. Lo sembraron en el campo de Orense durante varias campañas buscando la cantidad necesaria de kilos que les permitiera poder realizar una siembra extensiva.
Así se fue multiplicando el candeal, que luego se fue sembrando en campos vecinos y a hacerse famoso en los molinos harineros de todo el país porque tenía una muy buena calidad. Tal fue el buen resultado que daba y la fama que había ganado, que en 1921 se realizó una exportación a Italia. A la mercadería embarcada se la denominó "Trigo Vassolo".
Diversificando la producción
La sociedad "Vassolo Hermanos" diversificó la producción poniendo especial énfasis en la explotación ganadera, que era la actividad que más apasionaba a sus miembros. En El Médano, San Emilio, La Libertad, Los Cardales y Huinca Loo, buscaban la alta calidad en la reproducción de ganado vacuno, específicamente en las razas Shorthorn, Aberdeen Angus y Hereford. Conformaron una cabaña de puros por cruza de Shorthorn, obteniendo excelentes sementales que fueron premiados en varias oportunidades en la Exposición de Palermo.
Desde la época de Emilio la base de explotación agrícola la constituyó el trigo candeal, hasta que el sistema de comercialización hizo desaparecer la rentabilidad que generaba la diferencia del recogido con trilladora, que elevaba significativamente el costo de los granos. En 1945 esa forma de trabajo se transformó, dado que comenzaron a aparecer las primeras cosechadoras automotrices que fueron incorporadas rápidamente a la firma, modernizando los métodos de labranza. Desde entonces dividieron la siembra con trigo pan.
La producción lanar
A partir del año 40, los Vassolo enviaban gran parte de su producción ovina en tren a Buenos Aires. Según relató en su momento Carlos Vassolo, tenían un consignatario que era Arturo C. Ribera y Cía., en Liniers donde se vendían los vacunos y Avellaneda donde se vendían los lanares.
Los corderos de la familia Vassolo, tanto de Emilio como de Valerio y Bautista eran muy reconocidos, "tenían mucha demanda ya que era hacienda muy bien criada y se vendía casi siempre a valores mayores. Era como el trigo Candeal, una tradición de la familia, hasta que se fue perdiendo porque dejó de convenir económicamente", indicó Carlos.
La producción de maíz también fue estimulada desde la firma, quien compró para desarrollar esta actividad, que al principio se hacía manualmente, una cosechadora automotriz de tres surcos Massey Harris, la única que estaba en funcionamiento en ese entonces en nuestra región. La sociedad se destacó por ser una de las primeras del partido que introdujo el sistema de enfardado con máquina recolectora móvil en 1945, que sirvió como complemento del tradicional forraje que se utilizaba para los animales.
Almacenaje
En la década del cincuenta, los productores se vieron beneficiados al volverse obsoleto el sistema de la venta de trigo embolsado. No fue fácil la transición ya que se requería de mucho capital para modernizarse y construir los silos para almacenar las cosechas.
Cuando la sociedad Vassolo Hermanos decidió asumir este desafío, recurrió a la fábrica Eima, una de las más importantes de Latinoamérica y pionera en el sistema de almacenaje. Encargaron la construcción de 36 silos para los diferentes establecimientos, 16 acoplados, ocho motores e igual cantidad de sinfines. Para solventar la inversión debieron recurrir a un crédito del Banco de la Nación Argentina.
Esta decisión les solucionaría mucho de sus problemas, ya que en ese momento era difícil conseguir bolsas para almacenar el cereal. Las bolsas estaban confeccionadas con yute importado de la India y ese material era traído al país por la compañía cerealera Bunge y Born, que poseía plantaciones en el país oriental. La empresa formaba un monopolio que imponía a su conveniencia el precio del yute, fabricaba las bolsas y las comercializaba con cupo a los productores agropecuarios. El hilo sisal para coserlas era elaborado también por la compañía y el productor tenía la obligación de venderle el trigo embolsado. Era un mercado cautivo que perjudicaba al hombre de campo.
Otro avance más que se dio en los suelos de El Médano.

 * Las fotos y el material gráfico fueron provistos por Celeste Vassolo. Forman parte del diario que la familia Vassolo imprimió con motivo de celebrar sus 125 años en la Argentina y en el que reflejó gran parte de su historia. Martín y Mario Vassolo fueron los encargados en su momento de recopilar la información

La Ucrania Argentina

En El Médano, la cosecha de trigo tenía buenos rindes. En una jornada bien empleada podían lograr hasta mil bolsas de aproximadamente 60 a 70 toneladas, trabajando hasta 30 hectáreas por día. La calidad del grano también era sobresaliente.
Los trigos se cortaban con 34 o 35% de humedad, medio verdoso y se dejaban en montones hasta que adquirieran el color oro. Los suelos donde se cultivaban eran vírgenes y estaban muy equilibrados de nitrógeno y fósforo lo que hacía que la calidad de la semilla fuera excelente.
Los campos orensanos de los Vassolo era famosos en aquella época por sus rindes y se los conocía como "la Ucrania Argentina", en consonancia con el país conocido por la calidad de su producción.
En la emblemática estancia se lograban rindes de hasta 40 bolsas por hectárea, lo que significaba un promedio de 2500 kilos, excelente para esa época y esas variedades.

 

la voz del pueblo - 10/11/2013

Un apellido lleno de valor

Los Vassolo se instalaron en Orense una década antes de que el pueblo fuera fundado. Pioneros e innovadores en ganadería y agricultura -trajeron el trigo candeal a la Argentina-, también dejaron su marca por haber rescatado de la orfandad a ocho niños orensanos. Un apretado repaso de la historia de un familia con peso propio

 

Tan estrecha fue la relación entre Orense y la familia Vassolo que comenzó antes de que se fundara el pueblo.
Fue en diciembre de 1903, hace 110 años, cuando la sociedad Emilio Vassolo y Hermanos arrendaron las 32.000 hectáreas de El Carrizal, perteneciente a Félix Alzaga, tierras ubicadas entre Cristiano Muerto y lo que luego sería Orense. En 1908, la firma vendió en un remate especial sus 12.000 vacunos y 22.500 lanares y con lo recaudado compró El Médano (1895 hectáreas) y Estancia Vieja (86 hectáreas), también en tierras que luego serían orensanas. Además, adquirió Tres Lagunas (2200 hectáreas), a 12 kilómetros de Tres Arroyos.
Fue en 1911 que la sociedad emprendió la construcción del casco de El Médano para la radicación definitiva en esa porción del distrito de la rama más numerosa de la familia. Campo que terminaría siendo emblemático por haberse sembrado por primera vez en la Argentina el trigo candeal, o trigo Vassolo como se conoció en la década del 20, cuando empezó a exportarse a Italia y Grecia.
Son esas algunas de las piezas del enorme rompecabezas que significaba la historia de esta familia de inmigrantes italianos en la Argentina que se comenzó a escribir en 1880, y que logró armar a fines de los 70 Juan Pablo Pérez Vassolo, tan amante y devoto de su apellido como de su Orense natal -fue presidente de la Asociación de Fomento en la década del 80-.
Nieto de Emilio Vassolo y Liberata e integrante de la cuarta generación de la familia, Juan Pablo tuvo en vida el deseo "que quede la historia de la familia escrita". Así fue que se encargó de llevar adelante un trabajo minucioso de recopilación de datos y para esto contó con la estrecha colaboración de su madre Delfina, esposa, hijos, tíos y primos, que aportaron innumerables anécdotas y supieron escucharlas mientras las redactaba.
Finalmente fueron sus hijos quienes, en el 2000, al cumplirse 125 años de la radicación de Rafael Vassolo en Argentina, concretaron el deseo de Juan Pablo y le entregaron a los más de 250 Vassolo que se reunieron para celebrar un nuevo aniversario del desembarco de la familia en estas tierras, una copia de la historia.
"Mi papá hizo un gran esfuerzo y todo lo que se sabe de la familia es porque lo indagó él. Le llevó más de un año, muchísimas horas hablando con los parientes y en el archivo de La Voz del Pueblo. Y después, a la noche, escribía todo en casa", recuerda con orgullo Paula Pérez Maté, hija de Juan Pablo y quien se encargó de pasar en limpio y ordenar los escritos del padre para poder ser publicados.
Entre todos los borradores y apuntes de Juan Pablo, Paula encontró uno que la conmovió y eligió para que cerrara la historia. Es cuando su papá manifiesta su satisfacción por haber podido encontrar su origen.
Y lo copió tal cual: "Quien escribe esta historia familiar, siente hoy al finalizar de recopilar todos estos antecedentes, tan ricos y nobles que hacen el gran tronco genealógico Vassolo, una alegría profunda, una satisfacción muy grande y ve acrecentado hasta límites insospechados una admiración, un reconocimiento tan profundo hacia aquellos antepasados que pisaron nuestra tierra argentina en años de duras luchas internas y con métodos primitivos de trabajo, donde el casco de los caballos de los indios pisaron el pasto, pero nada se hacía para hacerlo germinar, no siendo su germinación vegetativa, alejado de la mano del hombre que con técnicas nuevas para la usanza de esos años comienzan a abrir surcos en sus entrañas, buscando encontrar en ella la inmensa riqueza inexplorada que cubriría nuestro suelo".
La llegada
Como tantos inmigrantes italianos, Rafael Vassolo vino a la Argentina en 1874 buscando el progreso que no conseguía en el Viejo Continente y dejando en Piettrabondante, el pueblo pequeño y rocoso ubicado en la región de Molisse, a su esposa Ana María Bax y sus cinco hijos: Herminia, Filomena, Emilio, Bautista y Valerio. Allí subsistían gracias a cinco hectáreas de tierras escasamente productivas, en las que practicaban la agricultura y cuidaban algunas ovejas como pastores. Cuatro más tarde desembarcaría en nuestro país su hijo Emilio. Mientras que el 11 de junio de 1880 quedará marcado a fuego en la historia de los Vassolo: ese día se produjo el histórico reencuentro de toda la familia en estas tierras y de ahí en más no volvería a separarse.
Primero fueron pastores y ganaderos en Azul, luego en Benito Juárez hasta que en 1903 arrendaron El Carrizal y ya se establecieron en Orense. Llegaría en 1908 el mencionado remate de vacunos y lanares, que permitieron la compra de El Médano, Estancia Vieja y Tres Lagunas. Emilio, el mayor de los hermanos, se radicó en el campo orensano, mientras que Bautista y Valerio lo hicieron en Tres Lagunas. Continuaron trabajando en forma conjunta pero atendiendo cada uno el establecimiento que se hallaba a su cargo.
Fue en El Médano que los Vassolo escribirían las páginas más importantes de su historia. En 1914 Emilio consiguió un puñado de trigo de una variedad denominada Sarabola, que la familia conocía de Italia. Lo sembraron en el campo de Orense durante varias campañas buscando la cantidad necesaria de kilos que les permitiera poder realizar una siembra extensiva.
En 1917, año en que falleció Emilio, los hermanos llegaron a conseguir 90 kilos, en una multiplicación lenta. Los Vassolo recuerdan con orgullo que la clasificación de la semilla se hacía toda a mano, durante las largas noches de invierno y participaba toda la familia. El trabajo se realizaba sobre una larga mesa de cocina y en platos enlozados, a los que se les decían platos chacareros. A cada uno de sus 15 hijos, Emilio le daba una bolsa de semillas para separar los granos buenos.
Así se fue multiplicando el candeal, que luego se fue sembrando en campos vecinos y a hacerse famoso en los molinos harineros de todo el país porque tenía una muy buena calidad. Tal fue el buen resultado que daba y la fama que había ganado, que en 1921 se realizó una exportación a Italia. A la mercadería embarcada se la denominó "Trigo Vassolo". Ese fue el punto de partida para que el cereal se venda fronteras afuera durante muchos años y a varios países.
Como reconocimiento a la tarea realizada por la familia, en 1935, Bautista Vassolo fue premiado por orden del rey de Italia, Víctor Manuel III, y por intermedio del cónsul italiano en nuestro país recibió la distinción de La Estrella al Mérito. Mientras que en 1981, los Vassolo recibieron La Espiga de Oro en la Fiesta Provincial del Trigo, que luego donarían al Museo Mulazzi.
Una acto de amor
La encargada de recibir la Espiga de Oro fue Delfina, hija de Emilio y Liberata, y madre de Juan Pablo Vassolo. Y también impulsora y protagonista de una obra de amor que le genera a la familia otra inmensa cuota de orgullo.
Casada con Saturnino Pérez Mesa y ya madre de Susana, Irma, Juan Pablo y María Elena, Delfina y su familia, tras vivir en el campo, se habían mudado a Orense, a una casa ubicada en la segunda cuadra de la calle España. Junto a su hogar se había ubicado la casilla de los Molleker Kreis, una familia de origen alemán compuesta por un matrimonio y ocho hijos de entre dos y 14 años, que vivían en una pobreza extrema y ni siquiera hablaban castellano. Situación que se vio potenciada ante el fallecimiento de la madre de los niños. Filomena antes de morir le pidió a Delfina que cuidara de sus hijos. Y ella, abanderada de los valores cristianos y de familia, no dudó en involucrar a todas sus hermanas y cuñadas en el cuidado de los niños Molleker, que fueron adoptados por distintos integrantes de la familia Vassolo.
"Mi abuela fue un ser extraordinario porque ayudó a ocho niños a crecer y desarrollarse como personas y les demostró que con amor, cariño y sacrificio se puede hacer y mucho.
Pero no fue sólo mi abuela la que ayudó a la familia Molleker, sino que otros hermanos de Delfina también ayudaron en la crianza de estos niños, hoy ya abuelos", relató Paula Pérez Maté.
"No conocí a mi abuela Filomena, pero sí a mi abuela postiza Delfina. Venía de Buenos Aires a pasar sus veranos a Claromecó. Era un día feliz cuando íbamos a visitarla a la playa, y mirando para atrás comprendo que mi mamá nos contagiaba su felicidad. Ahora también veo claramente que lo que nos contagiaba era su agradecimiento a Delfina", reflexionó la orensana Herminia Chabagno de Vicente, hija de Luis Molleker y nieta postiza de "la abuela Delfa".
Tal vez una síntesis perfecta del espíritu y de los valores que salen a la luz a la hora de conversar con un Vassolo sobre los orígenes de su familia. Una familia que dejó una huella indeleble en toda la región, pero que empezó a escribir su historia en Orense.

* Agradecimiento: colaboraron con material gráfico y fotográfico Paula Pérez Maté y Celeste Vassolo