martes, 1 de noviembre de 2011

el municipio de tsas NO tiene política de desarrollo sustentable

la voz del pueblo - 01/11/2011
proteger el agua de nuestras costas
escribe: Horacio Ramírez (*)

Parte esencial de una política de desarrollo turístico sostenible -tal como lo refiere el ITR, Instituto de Turismo Responsable con la Unesco-, es mantener una gestión política que se apoye en lo socioeconómico, lo cultural y lo ambiental. En este sentido, la función del Estado resulta bien clara: mediar entre los diferentes actores para que sus actividades no comprometan la supervivencia del ambiente, especialmente cuando la naturaleza es la principal atracción turística.

En referencia a esto, la zona del litoral marítimo tresarroyense, por la influencia directa del turismo, está siendo sometida a diferentes tensiones ambientales, donde el desmanejo de los cursos de agua dulce (los arroyos Claromecó y El Gaucho) así como de los médanos, ha llevado a desajustes ambientales que ya están causando problemas. Y uno de estos desajustes tiene que ver con el futuro de las aguas subterráneas: única fuente de agua potable para las poblaciones costeras.


Humedales costeros
Las aguas subterráneas de la provincia de Buenos Aires pertenecen a la región hidrogeológica chaco pampeana en la subregión húmeda, cuyo límite oeste pasa a la altura del partido de Coronel Dorrego. En esta área, dominan dos grandes acuíferos: el Puelche y el Pampeano. Pero en la costa marítima la situación es distinta: ésta posee un suministro de agua que le es propio y que es, como dijimos, la única fuente de agua potable subterránea de las comunidades allí asentadas, y todo gracias a la acción de los humedales (áreas de recarga de acuíferos) costeros, es decir el sistema de dunas que permite la recarga de las napas.

Esta región se extiende como una franja casi continua entre Cabo San Antonio al Norte y Punta Alta, cerca de Bahía Blanca, de unos 3 kilómetros de ancho y 640 kilómetros de largo, sólo interrumpida por la intrusión de yacimientos del pampeano y del Sistema de Tandilia en Mar del Plata. Esta franja costera se caracteriza por formar los humedales que corresponden a las dos barreras medanosas del litoral: la del Este y la del Sur. Estas arenas tienen una buena porosidad estructural por lo que el agua de la lluvia se escurre con facilidad.

Aquí conviene aclarar que hay tres clases de agua en un terreno tras una lluvia: la que es retenida por fuerzas higroscópicas a los granos del suelo -y que sólo puede ser removida por evaporación-; la de capacidad de campo, que es el agua retenida por los granos del suelo y que las plantas pueden aprovechar -que en la arena es muy poca- y la que escurre en superficie -que en los médanos es prácticamente nula- o la que sigue viaje en profundidad y que es, por mucho, la más abundante. Esta última llega con suma facilidad a la napa, pero esta misma facilidad de llegada le da una gran fragilidad sanitaria.

Así, la presencia de pozos ciegos por carencia de estructuras de procesamiento de aguas servidas en las comunidades litorales hace que las bacterias de la materia fecal humana de los pozos también alcancen la napa, dado que éstas llegan a esa profundidad tras apenas unas 50 horas promedio de viaje, mientras que su tiempo de sobrevida ronda las 100 horas. Algo análogo ocurre con los contaminantes agroquímicos, ya detectados en superficie, en las aguas del arroyo El Gaucho, en Reta, junto a bacterias coliformes. Mortandades de cangrejos y almejas amarillas en los alrededores de la albufera son prueba de todo esto.

A estas cuestiones se le agrega la fijación de médanos para forestación, práctica que tiende a "taponar" la superficie de recarga del humedal costero y que tiene serios antecedentes cerca de Claromecó.


Sobreexplotación de las napas
Otro problema a futuro es la eventual sobreexplotación de las napas -para riego y consumo domiciliario-, ya que al bajar la presión de éstas, se produce la intrusión de agua marina, lo que lleva a la salinización. De hecho, y en relación con esta cuestión, cabe recordarse que la zona hidrogeológica costera en el segmento entre el oeste de Necochea y la desembocadura del Quequén Salado, es donde se dan los índices más altos de salinidad de aguas subterráneas (unos 2 g/lt en promedio).

Las formas turísticas agresivas para la costa bonaerense vienen bajando desde el norte, de la mano de grandes emprendimientos inmobiliarios entre otros intereses más o menos inconfesables. Ante estas cuestiones -algunas de mayor actualidad, otras todavía fácilmente prevenibles- es donde las políticas de Estado deberán tomar la iniciativa y adelantarse a los hechos, para que el negocio de unos pocos no termine arruinando el turismo de todos.



(*) E-mail: horacio.reta.ramirez@gmail.com

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