lunes, 24 de enero de 2011

amar claromecó

POEMA DE LA LUNA LLENA Y EL FARO DE CLAROMECÓ

Se fue cerrando la noche,
con manto azul estrellado
y el Faro, esbelto siempre
comenzó con su trabajo.

Girando y dando destellos
Mostró su figura, dando
aviso al navegante
de dónde estaba el engaño
para que nadie perezca
en su marcha, zozobrando.

De pronto apareció Ella,
redonda, detrás del médano
omnipotente su brillo
soberbia desde lo alto.

Llena y radiante, empezó
Con su mirada a mimarlo
Y Él, gallardo, giro y giro
la espiaba en cada arco.

¿Cuánto podrán resistirse
ante ese baile? Empezado
apenas en el crepúsculo
y sabiéndolo muy largo.

De pronto, me sentí intrusa
desde la playa, observándolos
¿Y si querían contar cosas?
¿Y si Él buscaba, en solitario
Decirle cuanto la amaba
y lo bello de su paso?
¿Y si ella quería confesarle
que lo miraba hacía rato
y por mas que gira y gira
nunca podría alcanzarlo?

Me fui, para dejarlos solos
pues ese amor, de contrabando
merecía por los menos
que yo les diera un espacio.

Caminé varios minutos
y ya no pude evitarlo
giré la cabeza y allí
seguían enamorados…
Ella en lo alto, preciosa
Y Él, en lo bajo, girando.


maría marcela eraso
claromecó, enero 2011

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