miércoles, 27 de julio de 2011

la importancia del médano costero

la voz del pueblo - 27/07/2011
Cuidar nuestras playas
Escribe Horacio Ramírez
(*)

Desde el punto de vista geológico, las playas de arena constituyen sistemas disipativos, esto es: complejos mecanismos por medio de los cuales la costa se protege a sí misma del embate de la olas. En efecto: la enorme energía cinética del agua, que busca impactar destructivamente contra el continente, debe comenzar a gastarse, en las playas disipativas, acarreando toneladas de arena para formar una, dos o más barreras paralelas a la playa.

Tales barreras, a su vez, hacen romper las olas, lo que implica gastar más energía en forma de crestas, espuma, ruido, etc. A esta pérdida de energía se le suma el acarreo final de más toneladas de arena hacia lo que será el estrán, o sector de arena húmeda sin cobertura de agua.
Esta arena, a su vez y por su porosidad, se encargará de llevarla hacia la profundidad de la playa, lo cual también le quita energía. En conclusión: cuando el embate violento de las olas llega a la playa, apenas si es una suave caricia en los pies del turista. Esta capacidad de desviar energía, a su vez, debe sumarse a los procesos geomórficos de costa que llevan -por el viento y el transporte del mar- a formar cadenas de médanos, los cuales cumplen importantes funciones: proteger de la erosión eólica y la excesiva salinidad al suelo inmediato a la costa o actuar como humedales alimentando las napas.

Así, las cadenas de médanos actúan también como una estructura disipativa de vientos, tormentas, rocío marino, etc. La llegada de arena al lugar, en el caso de nuestras costas, se debe a la acción combinada de las corrientes litorales y al viento dominante del noroeste que se encarga de alimentar dunas paralelas. En nuestras costas, el fijar médanos para loteo en Dunamar, por ejemplo, llevó a una merma en el aporte de arena a Claromecó, causando problemas al turismo, tal como lo explican Germán Bértola, Luis Cortizo y Federico Isla (del CIC, el Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata), en su trabajo "Dinámica litoral de la costa de Tres Arroyos y San Cayetano".

Estos autores, reconocen que la situación en Reta es algo menos peligrosa ya que al no tener todavía una avenida costanera, las líneas de médanos, y con ellos las playas, siguen todavía haciendo su trabajo para defender a la tierra del mar. Incluso han observado -desde 2005- un crecimiento hacia la playa del médano frontal. No obstante y como ejemplo, en el médano donde se levanta el Hotel Torres de Cayastá de Reta, las dunas ya no conservan el perfil armonioso que le dan los vientos, sino que se han realizado trabajos para "remodelar" la estructura de la duna, tratando, seguramente, de darle más estabilidad al edificio.

"Todo fluye" (Heráclito)
Como se sabe, estos médanos fueron "creados" entre las dunas ya existentes, por los primeros habitantes de Reta con el fin de proteger a la naciente población, sembrando plantas y frenando el libre tránsito de la arena tierra adentro. Pero, a pesar de este origen artificial, las dunas formadas se han sumado a las "reglas del juego" que plantean las playas disipativas.
Estos médanos no son totalmente fijos: el viento, las lluvias y, en especial, las tormentas, los modifican. Ahora bien. En una estructura disipativa todo es "móvil".

El agua, el aire, la arena, todo se mueve, fluye e interactúa en oscilaciones de conjunto extremadamente complejas, que pueden llevar desde horas hasta siglos y que alimentan nuevas oscilaciones totalmente impredecibles. Por esta misma causa -porque todo sigue una dinámica de flujos-, cualquier interrupción en la movilidad (como un edificio, una arboleda o una avenida), lleva al conjunto a reajustar sus variables -aire, agua o arena- hasta restablecer las condiciones iniciales. En otras palabras: si "endurecemos" aunque sea una parte mínima de una playa disipativa, ésta buscará los mecanismos para volver a "ablandarse" y recuperar su dinámica de flujo, ya establecida en las leyes naturales que rigen al planeta desde hace millones de años.

Por esto mismo, podemos asegurar que la naturaleza no sólo busca sino que, invariablemente, siempre encuentra los caminos para conseguir sus propósitos... Caminos los cuales suelen ser calamitosos para las economías y la calidad de vida de los pueblos costeros. Los antecedentes catastróficos evidenciados en otras partes de la denominada "barrera austral" de arena en la provincia, es un claro aviso de lo que le espera a estas cadenas de médanos en cuanto se consolide la tendencia a construir sobre ellos, es decir: la desaparición lisa y llana de las playas y sus problemas relacionados, especialmente en materia de economía turística.

Si los trabajos efectuados en el médano semifijo sobre el que se construyó el hotel de Reta está preparándose para ser un problema de este tipo, en un futuro relativamente lejano, sólo los especialistas y el tiempo podrán decirlo. De ser esto así, si todavía falta para que una construcción generalizada termine obstruyendo la dinámica natural de flujos de esta playa, sin dudas todavía estamos a tiempo de aplicar políticas inmediatas que trabajen para defender nuestro patrimonio urbano y natural costero.

(*) E-mail: horacio.reta.ramirez@gmail.com

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