lunes, 18 de marzo de 2013

personas y personajes: el padre broilo, de tsas

la voz del pueblo - 18/03/2013
El padre Broilo y un Tres Arroyos que no lo olvida
 
El sábado que viene se cumplen 22 años de la muerte del Cura Gaucho, emblemático y querido personaje de nuestra ciudad que a fuerza de solidaridad y persistencia terminó construyendo una por una las 72 casas de los Ranchos de la Virgen de Luján. Pocos días después del cincuentenario de la fundación de la Escuela Virgen de la Carreta, el grupo de folclore del Centro de Jubilados ganó el concurso de carrozas alegóricas con un fidelísimo homenaje

"Campaña de la bolsa de trigo" fue el nombre elegido para la carroza ganadora que desfiló el domingo de cierre de la 44° edición de la Fiesta Provincial del Trigo. Construida con obsesivo detalle por el ballet del Centro de Jubilados que dirige Mónica Nuñez -que obtiene este premio por tercer año consecutivo- el tema alude ni más ni menos que a la obra y legado de monseñor Isidoro Broilo, el "Cura Gaucho" que se tomó décadas en construir las 72 casas del Barrio Virgen de Luján. ¿Cómo? Justamente, pidiendo a los chacareros bolsas de trigo.
Casualidad o no -hablamos de un hombre de fe, y cuando se trata de fe las casualidades no existen y el azar, tampoco- este simpático y dinámico grupo presentó su carroza pocos días después de la celebración del cincuentenario de la Escuela Virgen de la Carreta y a pocas semanas de un nuevo aniversario del fallecimiento del inolvidable sacerdote, acaecido el 23 de marzo de 1991.
Ellos encararon este proyecto con amor, "con mucho amor por el padre Broilo y por su obra", pero reconocieron también que jamás imaginaron la repercusión que tuvo la idea en los tresarroyenses que, emocionados, vieron pasar ante sus ojos una postal exacta de aquellos días en los que Broilo, con su ejemplo, le decía a esta ciudad que los sueños son posibles si se piensan y se concretan desde el año y la caridad.

Un golpe al corazón
El ballet del Centro de Jubilados está integrado por un puñado de hombres y mujeres divertidos, movedizos y emprendedores, que además de bailar disfrutan enormemente el trabajo en equipo y que por tal razón deciden concretar proyectos como este.
"Esta es la tercera vez que ganamos el concurso de carrozas pero la verdad es que es la primera vez que ha tenido tanta repercusión, y también es la que más trabajo nos llevó", comentaron entre risas Enrique Camino, Ofelia y Raúl Salvatierra, Mercedes Lorenzo, Mercedes Medina, Osvaldo Peralta, Luis Fígaro, María del Carmen Belardozzi y "Negrita" Herrero. "La idea de representar en una carroza la obra del padre Broilo surgió de Blanquita Espinoza (ausente en esta nota, y en la fotografía que la acompaña) y de inmediato nos encantó, nos pareció muy creativa y además un merecido homenaje al padre Broilo y a su obra", sostuvieron.

La carroza ganadora
El resultado final fue imponente, y a la gente que presenció el desfile no le resultó indiferente: "no lo podíamos creer, la gente nos vitoreaba, algunos se emocionaban, otros se reían con nuestras ocurrencias. Y después todos nos felicitaron. La verdad fue algo muy hermoso para nosotros poder recordar así al padre".
Con una fidelidad que a más de uno lo dejó electrizado, el grupo recreó sobre un carro alambrado una escena que de seguro aún permanece en la retina y el corazón de muchos: el padre Broilo recibiendo las bolsas de trigo que le donaban tanto estancieros pudientes como humildes chacareros del pueblo, unidos por la solidaridad, de impecable sotana larga, Biblia en mano y con su bicicleta descansando a un lado mientras un poco más atrás una madre lavaba la ropa en el patio de una de las casas de los Ranchos. Y los detalles, claro: las bolsas de trigo originales, de arpillera, la Espiga de Oro que Broilo recibió en una Fiesta del Trigo, la ropa tendida, las plantas verdaderas...Y la cosechadora de época tirando el carro, muy similar a las que utilizaba Broilo en las misas de Bendición de las espigas...Una verdadera postal de una época que Tres Arroyos no olvida.

Trabajo en equipo
Todos trabajaron para lograr el éxito obtenido. "Eso es lo más rescatable, la armonía y el buen trabajo en equipo que logramos. Nos divertimos muchísimo, y también trabajamos muchísimo", manifestaron. Así, y mientras Enrique se animó a asumir el rol de Broilo imitando incluso sus gestos más característicos ("cuando saludaba a los varones les apretaba fuerte el hombro con una mano, mientras les extendía también con mucha fuerza la otra", contó), Ofelia fue la lavandera, el nieto de Mónica el hijo mayor que le ayudaba a sacar agua de la bomba ("que andaba y todo", por obra y gracia de Luis Fígaro y Osvaldo Peralta), "Negrita" aportó la bicicleta y Mercedes Medina hizo con sus propias manos, en arcilla, la Espiga de Oro. "Todos colaboraron de una u otra manera", destacó Nuñez, "queremos agradecer a Carlos y Jorge San Román, a Luis Alonso, de Rurales Román, a Juan Carlos Segura, a Juana Diolagaray, a Ramón José Chamús, a Irene Tejada, a Norita Trevigno, a la Escuela Virgen de la Carreta, a estela Clocker, a Micaela Roteta, a todos los que nos brindaron su apoyo", expresó.
Y, en este sentido, el padre Domingo Torquatti tuvo una participación especial. "Nosotros fuimos a consultarle si a la Iglesia le parecía bien representara al padre Broilo así. Nos dijo que sí, que le parecía bárbaro. Y nos prestó la sotana, que perteneció al padre Angel De Arrandiaga (predecesor de Broilo en la Parroquia Nuestra Señora de Luján). Después del desfile, cuando fuimos a devolverla, el padre no estaba pero las señoras que nos atendieron en la casa parroquial estaban encantadas con lo que habíamos hecho".

Un legado inolvidable
Fascinados con la figura y la obra de Broilo, antes de embarcarse en este proyecto el grupo entero investigó, se informó, compartió su historia, buscó fotos, habló con la gente que lo conoció, recopiló anécdotas. Y tanto contacto establecieron con quienes fueran los más cercanos a Broilo que poco antes del desfile les llegó un mensaje y una felicitación que difícilmente habrán de olvidar. "Desde Neuquén la hermana gemela de Broilo, de 92 años, se enteró lo que estábamos haciendo y nos mandó un mensaje de felicitación y una foto suya. Para nosotros fue muy emotivo e importante", reconocieron.
Y a la hora del balance, este grupo de entusiastas bailarines que de manera impensada se convirtieron en protagonistas de un impecable e inédito homenaje al Cura Gaucho resumieron en pocas palabras el espíritu y el sentir de todo un pueblo que aún se emociona hasta las lágrimas cuando recuerda al tenaz sacerdote. "La época de Broilo nos trae lindos recuerdos, toda su obra, incluso aquellas procesiones para el día de la Virgen de Luján, que la sacaba en la carreta tirada por bueyes. Inolvidable", recordó alguien. Y otra voz se sumó: "ayudaba a los pobres, llevaba fruta a los chicos, conseguía trabajo a los padres". "Sí", dijo alguien más, "y fue el primer sacerdote que tomó conciencia de que había un grupo muy grande de la comunidad que era marginal, que no tenía vivienda, y que tampoco tenía la posibilidad de acceder a ella. Ese gesto de solidaridad que tuvo fue impresionante, y nadie lo igualó hasta hoy. Porque además no se quedaba en el hecho de darles la casa sino que los visitaba, los acompañaba, los apoyaba. Los aconsejaba y también les exigía cuidar d ellas. Un ejemplo".
A 22 años de su muerte, y a más de medio siglo del inicio de su obra la figura humilde, campechana y solidaria de monseñor Isidoro Juan Broilo se agiganta en el corazón y el recuerdo de un pueblo que, lejos de olvidarlo, lo ha convertido en leyenda.



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