martes, 23 de enero de 2018

el valor de poder contemplar el paisaje

la voz del pueblo - 23/01/2018
carta de lectores, escribe Eduardo Mirmi
Zona de Recreación: el valor de mantener despejado el lugar

Señora directora: 
En una reciente nota, un concejal tresarroyense, en referencia a la discusión desatada por el incumplimiento de la ordenanza que dispusiera la ampliación de la Zona de Recreación, propuso llenar a la misma de "contenido", concepto que importa, según su expresión, la creación de canchas de fútbol, de voley y la organización de todo tipo de eventos sobre la misma zona. 

Al defender el cumplimiento de la ordenanza que ampliara la citada zona, señalábamos que es justamente el despeje de la misma lo que permitirá que los turistas puedan disfrutar de las bellezas de la playa de Claromecó. 

El señor concejal explicó que en vez de mantener despejado el espacio que liberarían los motoristas en ese sector, se lo vuelva a llenar, esta vez de "contenido", desnaturalizando de tal modo el objetivo de aquella ordenanza, al volver a ocupar el espacio público.

Si se les preguntara a los veraneantes sobre su preferencia acerca de la creación de una zona extensiva en ese sector de playa o por el contrario, les agradaría que fuera intensiva, plagada de gente, pelotas y canchas, la respuesta sería abrumadora a favor de la primera alternativa, pues en su inmensa mayoría detestan la sobreocupación del espacio público en el litoral marítimo, provenga ésta de vehículos motorizados, actividades deportivas, de eventos o de cualquier otra actividad. 

Y es justamente esa cualidad, una de las notas sobresalientes que diferencian a una playa como Claromecó de otras mucho más populosas, como podría ser la Bristol o Punta Mogotes en Mar del Plata o las de Pinamar o Villa Gesell, por nombrar sólo algunas, donde al veraneante no le resulta fácil moverse sin toparse con una sombrilla, una reposera, un avezado jugador de paleta o un incipiente futbolista. 

Concluyo señalando que en determinadas oportunidades, como la que aquí comentamos, lo mejor es no hacer nada, sólo cumplir las ordenanzas y dejar que la naturaleza y particularmente las bellas y extensas playas del balneario, puedan ser aprovechadas plenamente por los veraneantes, sin tanta compulsión de algún factor de poder a proponer ideas, algunas incluso, que en principio no parecen ser muy reflexivas. 

 Eduardo Mirmi 

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