miércoles, 9 de julio de 2014

9 de julio, día de la declaración de la independencia

la voz del pueblo - 09/07/2014
Las mujeres también gritaron ¡Libertad!

 
Celebramos el 9 de Julio en Argentina uno de los acontecimientos decisivos de la historia del país: el Día de la Independencia, que fuera declarada el 9 de julio de 1816. Este día, se produjo la concreción de la afirmación y definición formal de su existencia como Nación latinoamericana; la conclusión de un sentir que se inició en Mayo de 1810 cuando expresamos nuestra intención de transformarnos en una Nación libre constituyendo un gobierno propio, y que fue consolidada con esta Declaración de la Independencia.

La Independencia de 1816 señaló el momento cúlmine de un período de disputas, de intereses encontrados y de valores nobles que eran escudados por hombres dispuestos a morir por la libertad de la Patria Naciente.
Sin embargo, no fue la única independencia. Ignoramos que las mujeres no fueron simples espectadoras. Ellas también fueron protagonistas y luchadoras. Ellas han intervenido activamente y nos han legado lecciones de firmeza, entusiasmo y fervor. Como sostiene Ricardo Levene, "? uno de los definidos propósitos en el plan general de la Revolución de 1810 fue la emancipación moral y social de la mujer". Es decir, las luchas de las primeras décadas del siglo XIX, permitieron equilibrar las asimetrías entre sexos.

La causa independentista marcó una bisagra en el protagonismo de las mujeres. Según Elsa Jascalevich, la Revolución de Mayo fue un hecho tan decisivo en todos los órdenes, que la mujer comprendió de inmediato que también para ella se abría una era distinta, plena de posibilidades hasta entonces no entrevistas ni sospechadas. Ella, que había padecido del doble sojuzgamiento del poder político y de su condición femenina, sintió que este cambio representaba por lo menos un aflojamiento de la cadena.

Algunas mujeres inflamadas de ese fervor patriótico, y desbordadas por el llamado de la vocación, participaron en enfrentamientos bélicos, a veces garantizando la logística militar como espías o emisarias, otras peleando cara a cara y cuerpo a cuerpo con el invasor. Muchas quedaron en el anonimato, pero hubo nombres que la memoria rescató: Juana Azurduy, Martina Silva Gurruchaga, Manuelita Sáenz, Pascuala Balvás. Ellas fueron algunas nuestras Madres de la Patria.

Pero minimizada por su condición de negra, podemos destacar con gratitud a María Remedios del Valle, conocida como La Capitana, y participante de la campaña al Alto Perú. Hacia 1827 subsistía a la buena de Dios, mendigando en las iglesias y comiendo las sobras de los conventos. Mostraba sus cicatrices de guerra en los brazos y las piernas, juraba haber sido nombrada "Capitana" por Belgrano, y reclamaba a las nuevas generaciones que renueven el fervor de luchar por una patria independiente.
En ese estado misérrimo la encontró el Gral. Viamonte, quien conmovido, solicitó al Estado una pensión y un reconocimiento. Un despacho de la Sala de Representantes del 11 de octubre de 1827 resolvió que "la suplicante gozara del sueldo de Capitán de Caballería". Pero este órgano legislativo pertenecía a la provincia de Bs. As. y el dictamen nunca se aplicó.
Su desgraciado final presagiaba lo que marcaría una constante entre funcionarios y representantes del pueblo a lo largo de dos siglos: la falta de memoria, la avaricia, la desidia.
( Mujeres héroes argentinas)

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