miércoles, 22 de febrero de 2017

claromecó, entre lo público y lo privado

Claromecó: Entre lo público y lo privado


por Alicia Hurtado



Que somos muchos los que elegimos Claromeco, nadie lo duda. Algunos han hecho de él su hogar permanente, otros vamos cuando podemos a disfrutarlo.
Desde mi lejana adolescencia, en la que tenía que escalar médanos para llegar a mi casa, hasta hoy, mucho ha cambiado. Hay asfalto ( bastante deteriorado, en realidad), una gran avenida costanera, agua corriente y gas. Afortunadamente sigue habiendo una amplia playa ( en partes desprovista de arena), médanos en estado natural, un mar abierto...

Para no diversificar los temas, me circunscribiré a uno, esos médanos naturales, reservorios de flora, fauna, y agua dulce, sí, de agua dulce, tan escasa en este planeta que habitamos. Por eso, somos muchos los que temblamos cuando oímos hablar de rutas costeras, de loteos, de civilización en su peor expresión. Claro, un terreno en la punta de una duna, frente al mar, puede ser el sueño de más de uno, y el bolsillo lleno de otro. Pero acá es donde tenemos que poner las apetencias privadas y los derechos públicos en la balanza y tratar de que quede equilibrada. No se trata de abortar las iniciativas de un desarrollador sino de lograr que esas iniciativas no destruyan el medio ambiente o que, al menos, minimicen el impacto lo más posible.

No sé si todos tenemos claro que el medio ambiente natural que destruimos en aras de un supuesto progreso, nunca más será el mismo después de las topadoras.
Roguemos que quienes tienen la responsabilidad primera de velar por los espacios públicos, no se dejen tentar por el tintineo de las monedas de oro.

Alicia Hurtado
5739082

Claromecó, 20/02/2017



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