Malestar por una obra en Claromecó
la voz del pueblo - 04.07.2015 : Envió Alejandro J. Trigila
Señora directora:
Soy un veraneante habitual y amante de la belleza de Claromecó desde hace más de 35 años, tengo amigos en la zona, por lo que varias veces en el año estoy en el lugar. Por motivos personales no pude ir durante el invierno de 2014, por lo que no fue hasta febrero de 2015 que vi como destruían una de las mejores vistas de Claromecó, no solo afeando el paisaje natural con una obra totalmente egocéntrica, espantosa y barata, demostrando la total falta de respeto por el prójimo y por la ley. Demás está decir la profunda indignación que esto me provocó, pero por sobre todas las cosas una angustiosa tristeza que me llevó a ir a la Municipalidad a preguntar cómo habían aprobado semejante proyecto y de ser así, quería saber los motivos ya que no puede ser que una persona encargada de velar y preservar la belleza natural del lugar pudiese dar el consentimiento de semejante mamarracho.
La respuesta fue que nadie sabía de que hablaba, que no se encontraba ninguna persona idónea para hablar conmigo pero que si deseaba dejar registrada mi queja u observación tenía a mi disposición un libro de queja que data de hace varios años sobre el mostrador.
Obviamente mi indignación no sólo creció, sino que se convirtió en impotencia ya que no es la primera vez que las ordenanzas existentes son violadas, y día a día veo como obras fastuosas destruyen un lugar tan hermoso y natural a la vista de las personas que deberían velar por conservarlo como tal.
Ya el pasado año vimos cómo en Dunamar (esquina Santa Fe y Remedios de Escalada) los esfuerzos realizados por la Sociedad de Fomento y algunos vecinos para impedir la tala indiscriminada, para construir otra espantosa obra que no tiene nada que ver con el lugar, fueron inútiles.
Al charlar con la gente, todo el mundo sabe quién es el propietario y lo peor de todo, es que es una persona oriunda de Claromecó que según los comentarios tiene intereses y amistad con las autoridades del lugar, lo que lo hace intocable.
Con estas cosas uno se pone a pensar realmente qué hacer, mantenerse pasivo porque no me afecta directamente o manifestar respetuosamente mi profundo desagrado por el camino que las cosas van tomando.
Pienso que no es tan difícil hacer cumplir la ley y vivir en paz y armonía sin la necesidad de mancillar el derecho de los demás.
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