la voz del pueblo - 23/06/2010
Falta el gas envasado

La falta de garrafas en Claromecó comenzó a evidenciarse desde hace dos semanas. Conseguir gas envasado de 10 kilos se convirtió en una suerte de aventura que varios claromequenses tuvieron que emprender recorriendo distintos puntos de venta. "No hay garrafas en todo el pueblo", era el comentario más escuchado, sobre todo en la semana anterior. En cuanto arribaron los camiones que reabastecen a los negocios, cosa que ocurrió días atrás, la demanda fue muy alta, lo que consecuentemente generó un nuevo peligro de desabastecimiento. Se sabe que cuando algún producto escasea, la gente suele comprar más unidades que las habituales ante el temor, y esto casi siempre termina generando el efecto que precisamente se quería evitar. Algunos puntos de venta optaron por restringir la cantidad de unidades, otros venden sólo a domicilio y de esta manera pueden cobrar un pequeño porcentaje más por el servicio extra, pero lo cierto es que la escasez se nota claramente.
Lo que abunda es el gas en tubos. Al existir un gran desfasaje con respecto al precio de la garrafa, son muy pocos quienes compran en envases de 45 kilos. Haciendo una rápida cuenta, adquiriendo cinco garrafas (un poco más en kilaje del equivalente a un tubo), el usuario gastaría 80 pesos. En cambio comprando el cilindro, el valor es de $ 200.
Mas allá de esto, en esta localidad se encuentra funcionando la red de gas (también con problemas que son de público conocimiento), todavía son muchos los hogares de residentes permanentes que aún utilizan gas envasado. Y otro factor que incide en la gran demanda de garrafas son los altos valores en que se comercializa la leña. Muchos vecinos que no poseen el servicio de gas por red y hasta el invierno pasado se calefaccionaban por medio de fogones o estufas a leña, han optado por las pantallas infrarrojas o directamente por calefactores que funcionan con gas envasado.
Juan Andrés Castro, empleado de la firma Linolán en Claromecó comentó a La Voz del Pueblo respecto de la escasez de garrafas que "normalmente nosotros recibimos una vez por semana. El mismo día en que llegó el camión con 200 garrafas la semana pasada, se vendieron todas durante la misma jornada. Anteriormente este stock nos duraba prácticamente una semana. No sabemos concretamente a qué se debe esto, lo que nos han informado es que es a raíz del subsidio del Estado".
Castro analizó que "al tener la garrafa un bajo precio, hay que gente que prefiere no comprar leña, y se calefacciona con una pantalla o con un calefactor. La verdad es que actualmente casi no nos alcanza para completar el abastecimiento a los comercios. A la gente le decimos que cuando hay, que venga a buscar. Lo que no hacemos es reservar garrafas, porque podríamos quedar mal con alguno de nuestros clientes y no es esa nuestra intención. Si tenemos, vendemos, cuando se termina, es igual para todos. Tubos sí tenemos disponibles, aunque se venden poco. Nuestra intención es poder venderle gas a todo el pueblo".