la voz del pueblo - 13/03/2011
desde la redacción
gratis y con vista al mar
escribe Alejandro Vis
El fin de semana largo, con el estreno de los dos feriados de carnaval, fue una invitación para sumar una dosis de descanso a pocos días de culminar el verano. En Claromecó -y en numerosos destinos que ofrece nuestro país- muchos turistas disfrutaron de las "minivacaciones". El martes, el clima agradable extendió la permanencia en la playa y dejó a los veraneantes de marzo con ganas de más. Ya para el inicio del otoño, el receso que se producirá entre el 24 y el 27 de marzo genera perspectivas alentadoras.
Los comerciantes trabajaron bien, los paradores tuvieron una presencia turística que por momentos trajo recuerdos de febrero y hay coincidencias en que la demanda de alquileres resultó positiva. Pero, pero...
En la zona de El Reloj, frente a la plazoleta, algunas familias se instalaron a sus anchas con un motorhome, una casilla, carpas, mesitas, sillas y hasta cordeles para colgar los toallones y las mallas luego de un día de playa. No faltaron los calentadores, indispensables para mantener el agua del mate a temperatura o poner una olla para preparar la comida, entre otros elementos. Los baños públicos ubicados en la plazoleta completaron las comodidades, en un lugar privilegiado, sobre la avenida Costanera, en pleno centro y frente al mar ¿Qué más se puede pedir?
Primero llegó una familia el sábado por la mañana y luego lo hicieron otras el lunes, avanzada la tarde. Un móvil policial, tras un llamado de la delegada directora María Angélica Souto, pasó el domingo frente a la carpa sin un mayor compromiso en poner fin al acampe ilegal, en un horario en que los ocupantes no se encontraban. Fue necesario esperar hasta el martes para una intervención más decidida, cuando una integrante de la policía dejó certificados de las multas en las casillas ante la mirada de Souto ¿No era más fácil acercarse a conversar de inmediato, al tomar conocimiento de la infracción, para informar que allí no se puede acampar?
El Ente Descentralizado no tiene poder de policía y desde el 1º de marzo carece de inspectores de Tránsito, según argumentó la delegada directora. Cuenta, no obstante, con el respaldo de una ordenanza que no deja lugar a dudas y debe asumir la responsabilidad de lograr que se cumpla. En este caso, primero a través de un diálogo con una finalidad informativa, y de ser necesario con la presencia policial.
Ocurrió en un sector de continuo tránsito, a dos cuadras de la estación de policía, donde incluso está prohibido estacionar vehículos de tales características. La reacción fue tardía y se labró la contravención cuando el fin de semana largo estaba terminando.
El 21 de setiembre de 2006 se sancionó la ordenanza 5590 que, entre diversos aspectos, establece las zonas para el estacionamiento de colectivos, casillas y otros vehículos de gran dimensión, y define las normas para acampar. En su artículo 9, expresa una prohibición contundente; indica lo siguiente: "Queda prohibido acampar en toda la zona urbana del Balneario Claromecó (incluso con vehículos autoportantes) y en todo lugar que interrumpa o perturbe el tránsito, la seguridad o la tranquilidad de turistas o pobladores".
La resignación o la sensación que no se puede hacer nada, que se percibió en los primeros días de este campamento frente al mar, son un antecedente negativo. Habrá otra pausa de cuatro días este mes, en abril llegará Semana Santa y pueden ocurrir hechos similares. Si las autoridades no hacen cumplir las normas ¿quién lo hará? Por las dudas, en caso que el Ente Descentralizado no tome una actitud más decidida, desde ésta columna se hace un simple pedido a todo turista de bien: por favor llevar el calentador, la olla, la pava, los cordeles -y por supuesto la carpa- a un camping, que hay varios y buenos. Breve y concreto, el artículo 9 no se presta a una doble lectura, sólo hay que aplicarlo.
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En enero y febrero, Claromecó mostró resultados en el área más sensible y difícil. Un grupo importante de vecinos hizo pública una carta en la que destaca los avances frente a la inseguridad.
El verano pasado los delitos se incrementaron de manera notoria. El hecho más grave en enero de 2010 fue el asalto a mano armada a una familia tresarroyense en la casa que alquilaban; en la pasada temporada se informó también que "al menos dos familias debieron dejar Claromecó por el delito" y que "robaron 2000 pesos de un auto", por citar sólo dos ejemplos. En cambio, en el verano próximo a finalizar no se registraron asaltos y la cantidad de robos se redujo considerablemente.
Por esta razón, vecinos valoraron el esfuerzo y solicitaron que "no nos olviden en lo que llamamos el invierno, y que para la próxima temporada sigan así, y mejor, para orgullo de todo el partido de Tres Arroyos".
La incorporación de móviles y la mayor cantidad de operativos contribuyó en el retroceso delictivo. Entre los motivos de satisfacción, se menciona un caso cuyo desenlace se adjudica a los reiterados controles: el 19 de enero último la policía detuvo en la localidad a un acusado por "robo calificado" y "privación ilegítima de la libertad", que tenía pedido de captura debido a hechos ocurridos en el Conurbano. Se recuperó cierta tranquilidad, lo que no es poco en tiempos en que el delito golpea duro.
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